






Si bien el sol es una fuente de muchísimos beneficios para nuestro cuerpo, también es causante de varias enfermedades dermatológicas, entre ellas, el cáncer de piel. Quiero dejar claro que su daño es acumulativo y que empezamos a recibirlo desde el momento en que nacemos.
Es interesante saber; por ejemplo, que hasta el 80 % de la radiación solar que recibimos durante nuestra vida, la recibimos antes de los 18 años;
y que bastan dos quemaduras solares en la infancia para duplicar el riesgo de padecer cáncer de piel cuando somos adultos.
Por eso considero indispensable crear el hábito del cuidado dermatológico en nuestros niños y enseñarles que el uso de protector solar es similar al hábito de cepillarse los dientes: debemos hacerlo todos los días, tres veces al día, incluso si no salimos de nuestras casas.
Cuando me diagnosticaron melanoma, mi principal preocupación fue Yuvi, mi hija, y recuerdo que ese día me hice la promesa de darle todas las herramientas posibles para enseñarle la importancia de cuidarse del sol Este libro es pensado en ella y en todas las infancias: si desde pequeños empiezan con el hábito de utilizar protector solar; serán adultos con pieles más sanas. Este libro es mi granito de arena para lograrlo.
Quiero agradecer a todas las personas que directa o indirectamente estuvieron involucradas en este proyecto, pero sobre todo a Yuvi por ser mi más grande inspiración y mi ayudante incondicional en esta misión de enseñarles a todos los niños y niñas a cuidar su piel.




